Se cruza en mi mente el famoso dicho: “recordar es vivir”; entonces comenzaré por revivir y retroceder el tiempo desde que inició mi relación con la lectura, más o menos recuerdo desde el grado quinto de primaria.
A decir verdad, no empezamos llevándonos muy bien que digamos. Recuerdo que en el grado quinto la profesora Soledad solía decir, abran su libro en la página diez y van a leer mientras yo busco algo; en este momento mientras la profesora estaba ocupada, yo hacía que leían mientras me distraía en otras cosas que no eran de la clase. En aquel tiempo la lectura y la escritura no rompían el paradigma de ser algo dirigido y mecanizado por el docente y se desaprovechaban otras facetas de la escritura y lectura literaria. Esto generalmente ocurría porque no se exploraba más allá de la lectura, únicamente se hablaba sobre su trama y sus enseñanzas que no trascendían más allá de unos estantes llenos de libros empolvados que poco atractivo tenía para mí y mis compañeros.
Hoy en día puedo replantear ese modo de orientar el proceso lecto-escritor y darme cuenta que a pesar de evidenciar la forma en que la lectura y la escritura está retomando un lugar importante en las actividades hace falta mucho trabajo lúdico, emplear adecuadamente los textos, aprovechando escritores como Ziraldo, Gianni Rodari, Pedro Vaquero que tienen una serie de historias con univesos propios que las hacen más divertidas y significativas.
Si los estudiantes en formación convierten el leer y el escribir en una de sus actividades habituales, de goce y disfrute, se lograrán muchas cosas en su rendimiento como estudiantes, como personas sociables, imaginativas, creativas y con una identidad propia; de esta manera encontrarán nuevas maneras de comunicarse, expresar sus ideas y sentimientos gracias a la escritura de sus vivencias, historias, poesías cuentos entre otros que crearán un acercamiento a la interacción de saberes, creencias y maneras de ver el mundo en el cuál están inmersos, puesto que al narrar sus experiencias de vida a sus compañeritos también estarán aportando y se enriquecerán con las realidades narradas.
De ahí la importancia de fomentar la lectura y la escritura en nuestras aulas; paso que contribuye a la formación de personas capaces de tener una mirada estética y critica de las cosas, con otros espacios de comunicación, expresión y creación, desempeñando diferentes roles en sus vidas que marquen, cambien y acerquen aún más a la literatura.
Maestros, es hora de cambiar el enfoque aburrido y estático que se le da a la lectura y a la escritura en aulas de nuestros colegios y en general a la vida diaria.
Ver el fomento de la escritura y la lectura como una tarea urgente que implantar en la formación de los niños y jóvenes es de suma importancia para que se comiencen a ver resultados en un futuro próximo, que potencie posiblemente unos futuros escritores o asiduos lectores de todas las historias que estén a su alcance.
martes, 31 de agosto de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
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